- El nuevo gobierno ha manifestado su apuesta por la tauromaquia.
- La alcaldesa ha adelantado que hablará con la empresa concesionaria de la plaza “para ver cómo nos pueden ayudar”. En este sentido, la asociación pide al nuevo gobierno que aclare en qué tiene que “ayudar” la empresa de la plaza de toros al Ayuntamiento.
La nueva alcaldesa de Alcalá de Henares, Judith Piquet, ha mostrado su total disposición para que la ciudad recupere la feria taurina de agosto. De hecho, ésta ha sido la primera medida concreta que la dirigente ha anunciado tras tomar posesión de su cargo. Para Alcalá Antitaurina «el apoyo a la tauromaquia de derecha y extrema derecha, que gobiernan Alcalá, y por lo tanto al maltrato animal legalizado, no es sorprendente, pero sí muy preocupante».
Así, la alcaldesa se ha desmarcado con unas declaraciones en las que afirma que pretende recuperar este mismo año los festejos taurinos y señala que hablará con la concesionaria de la plaza de toros “para ver cómo nos pueden ayudar”. Cabe recordar que la empresa concesionaria de la plaza de toros ha incumplido sistemáticamente el contrato desde 2016. «Piquet debe explicar urgentemente a qué se refiere con esas palabras», han señalado desde la asociación.
Estas declaraciones pueden adquirir algo de significado teniendo en cuenta que el programa electoral del Partido Popular, al que pertenece Piquet, recoge que “estudiaremos nuevas fórmulas con la empresa adjudicataria para que Alcalá recupere su tradición taurina”. Alcalá Antitaurina pide a la alcaldesa que explique a los alcalaínos qué tipo de “nuevas fórmulas” quiere aplicar. Desde la asociación exigen a la alcaldesa que «haga un ejercicio de transparencia y responda si el Ayuntamiento pagará más dinero para que unas pocas personas asistan a una orgía de sangre».
«El contrato firmado entre el Ayuntamiento y la concesionaria de la plaza de toros en 1998 ha supuesto no solo la tortura y muerte de decenas de animales, sino también un agujero para el bolsillo de los alcalaínos», remarcan desde Alcalá Antitaurina. El Ayuntamiento paga cada año un canon de 125.000 euros a la empresa concesionaria (revalorizable anualmente con el IPC) con la condición de que se programen espectáculos taurinos en la ciudad. El desembolso total, según la concejala de Festejos en la legislatura anterior, la socialista María Aranguren, asciende a 5 millones de euros desde 1998. Como esta misma edil señaló en el Pleno de septiembre de 2018, la empresa concesionaria de la plaza de toros debía a los alcalaínos 172.000 euros en concepto de IBI impagado. Pero, es que, además, en el Pleno de septiembre de 2016, la propia Aranguren explicó que “tenemos pagos documentados de los años 2012 y 2013 que tenían que haber sido realizados por la plaza de toros y que salieron de las arcas municipales, salieron de este Ayuntamiento”. Asimismo, en esa misma sesión pública dijo que la empresa concesionaria “entre los años 2008 y 2012, me puedo equivocar, dejó de pagar el IBI. Se ahorró casi 130.000 euros”.
Según Alcalá Antitaurina, el Ayuntamiento debe aclarar qué ha pasado con ese dinero del IBI, si se pagó finalmente y, de no ser así, qué medidas se han tomado al respecto. Además, el gobierno local, y más, a tenor de las declaraciones de la alcaldesa, tiene que despejar las dudas sobre si el Ayuntamiento va a volver a viejas prácticas realizadas con el PP en el poder y reconocidas por la empresa taurina, como la instalación de talanqueras y asunción de otros gastos que, por contrato, no le corresponden y que también pagaron en su momento todos los complutenses y no la empresa.
Alcalá Antitaurina considera que, «pese al gobierno de derecha y extrema derecha en la ciudad, el Ayuntamiento tiene que dar un paso al frente y dejar de financiar con dinero público la tortura de animales por legal que sea, atendiendo así al sentir mayoritario de los vecinos, que no quieren tauromaquia en su ciudad tal y como muestran los datos. En el pasado, el gobierno del PSOE no hizo nada al respecto más allá de sancionar a la concesionaria por el incumplimiento reiterado del contrato, una sanción ridícula de apenas 2.000 euros».
Por su parte, la empresa concesionaria ha reconocido que la asistencia a los festejos taurinos en Alcalá es “muy muy escasa”. Para muestra, un dato: Entre 2016 y 2020 no hubo toros en Alcalá. Estos regresaron a la ciudad en 2021, con un fracaso estrepitoso de público reconocido por la concesionaria. El 2022, la fiesta taurina volvió a desaparecer. A todo esto hay que sumar los problemas de mantenimiento en una plaza de toros que el año pasado sufrió el desprendimiento de parte su fachada, mientras que en 2019 tuvo problemas con las luces de emergencia.
Para la asociación complutense, «la plaza de toros debe ser reconvertida en un espacio escénico para eventos como conciertos, festivales de cine, teatro y otras actividades y en el que no tengan cabida espectáculos de tortura animal, tal y como están haciendo otras ciudades españolas». De esta manera, «Alcalá recuperaría un espacio de cultura y ocio, sin maltrato animal legalizado, y con capacidad para más de 8.400 personas, que podrían ampliarse hasta 10.000 en caso de un concierto. Ha llegado la hora de que Alcalá entre en el siglo XXI y eso solo pasará sin tauromaquia».