Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno, ha comparecido brevemente en la comisión de investigación de la Asamblea de Madrid para abordar las supuestas irregularidades en la creación de su cátedra en la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Durante su intervención, Gómez denunció el «objetivo político evidente» de la comisión impulsada por el Partido Popular (PP) y se acogió a su derecho a no declarar, afirmando que «más pronto que tarde la verdad pondrá las cosas en su sitio».
La comisión, creada para investigar un presunto «trato de favor» de la UCM hacia Gómez, ha suscitado gran expectación mediática y ha estado marcada por fuertes medidas de seguridad. Gómez ingresó a la Cámara madrileña por el garaje, mientras que a las afueras la organización Hazte Oír organizó una manifestación en su contra con tres autobuses llenos de mensajes críticos dirigidos tanto a ella como a Pedro Sánchez.
Gómez, que se limitó a una declaración breve bajo recomendación de su abogado, defendió su trayectoria profesional en consultoría y docencia. «Desde hace 25 años trabajo en consultoría y docencia… con mucho esfuerzo y dedicación, como una más», afirmó, resaltando que su colaboración con la UCM comenzó hace 12 años como codirectora de un máster y se amplió en 2020 con una cátedra extraordinaria, una práctica, dijo, «habitual en universidades públicas y no remunerada».
Tensión y confrontaciones en la comisión
La sesión de la comisión estuvo marcada por tensos intercambios entre los diputados. La presidenta de la comisión, Susana Pérez Quislant, pidió en varias ocasiones orden a los parlamentarios, en especial a los diputados del PSOE, Más Madrid y Vox, quienes interrumpieron en distintos momentos. Desde el PP, la diputada Mercedes Zarzalejo reprochó a Gómez su negativa a declarar, acusándola de «fabricarse una carrera» con supuestos privilegios y abusos de su posición como esposa del presidente.
El portavoz del PP en la Asamblea, Carlos Díaz-Pache, declaró que la negativa de Gómez a declarar evidenciaba una falta de transparencia y criticó «la opacidad» en torno a su vinculación con la UCM. Por su parte, la diputada de Vox, Ana Cuartero, calificó el silencio de Gómez como «una confirmación» de la participación de Sánchez en «una trama de corrupción que afecta a las universidades públicas madrileñas».
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Respuesta de la izquierda
La intervención de la líder de Más Madrid, Manuela Bergerot, fue especialmente crítica con el PP, al que acusó de instrumentalizar la comisión para desviar la atención de otros temas de gestión pública en la Comunidad de Madrid. Según Bergerot, la comisión representa «un ejercicio de máxima antidemocracia» y censura, impidiendo abordar cuestiones que «verdaderamente importan» a los ciudadanos.
Desde el PSOE, la respuesta ha sido también contundente. Fuentes de Ferraz tildaron la comisión de «venganza» por parte de la presidenta regional Isabel Díaz Ayuso, quien, aseguran, la impulsó para «distracción política». Juan Lobato, secretario general del PSOE-M, transmitió al presidente Sánchez que Gómez «ha estado muy tranquila, muy seria, muy solvente» en su comparecencia.
En un contexto de creciente polarización política, esta comisión de investigación se presenta como un nuevo escenario de confrontación en la Asamblea de Madrid, donde la cátedra de Begoña Gómez se convierte en el centro de un debate que va más allá de las cuestiones académicas, tocando temas de transparencia, presuntos privilegios y la rivalidad política entre la izquierda y la derecha.