- Un gol de Kessié en el tiempo añadida dio la victoria a los de Xavi, que remontaron el gol inicial de Araujo en propia puerta
Un tanto Franck Kessié en el tiempo añadido (m.92), cuando el Real Madrid buscaba con más ansía el gol, dio el triunfo en un clásico vibrante al Barcelona (2-1), que, con doce puntos de ventaja con respecto al equipo blanco a falta de doce jornadas para que finalice LaLiga Santander, dio una estacada al título que puede ser definitiva.
Fue un encuentro con muchísimas alternativas. El líder, que tuvo que remontar el gol inicial de Ronald Araujo en propia puerta, combinó momentos de buen fútbol con otros en los que se enfundó el mono de trabajo para frenar las sacudidas del Real Madrid, que vio cómo el VAR le anulaba un gol de Marco Asensio por un fuera de juego milimétrico minutos antes del tanto de Kessie.
Pero el fútbol, solo el fútbol silenció el ambiente enrarecido en la última semana por el ‘caso Negreira’. En un Spotify Camp Nou vestido de gala, Xavi apostó por Sergi Roberto, uno de los protagonistas inesperados del partido, como cuarto centrocampista. A diferencia de los últimos encuentros, no echó tanto de menos a Pedri, su faro, ante un Real Madrid que repetía la alineación con la que ganó al Liverpool.
Los visitantes salieron victoriosos tras nueve primeros minutos eléctricos, intensos, vibrantes. Fútbol de quilates. Un ida y vuelta con un Barça agresivo en la presión y un Vinicius que no se escondía ante Ronald Araujo, su kriptonita en las tres últimas derrotas blancas contra su eterno rival.
En el toma y daca inicial, Benzema avisó primero con un disparo lejano que atajó sin problemas Ter Stegen. Se lució más Courtois, el mejor junto a Vinicius en el primer tiempo, en dos llegadas consecutivas del equipo. Resolvió con sus manoplas el belga un latigazo de Lewandowski y un cabezazo de Raphinha.
La hiperactividad de Gavi en la presión mostraba el camino al Barça que, cuando parecía que mejor andaba, vio cómo Vinicius, alejado de la zona de influencia de Araujo, se emparejaba en la derecha con Busquets. Se zafó de la marca del centrocampista, centró y el balón impactó levemente en su pareja habitual de baile. La trayectoria despistó a Ter Stegen y el esférico rozó con el palo antes de besar la red.