Justo, de 96 años, comenzó su obra en 1961 y su aparación en un spot publicitario de Aquarius le dió a conocer en todo el mundo. El Museo MOMA de Nueva York le dedicó una exposición.
Justo Gallego, ha fallecido este domingo a los 96 años. Durante 60 años se dedicó a levantar con sus propias manos un templo a base de materiales reciclados de todo tipo y otros donados por empresas y particulares en su localidad natal, Mejorada del Campo.
La fama le llegó en 2005, gracias a la campaña publicitaria de una conocida marca de refrescos, y el reconocimiento a su labor y figura dio la vuelta al mundo.
Conocida popularmente como ‘La catedral de Justo’, Gallego dedicó el monumental el edificio a la Virgen del Pilar como muestra de devoción y de agradecimiento, pues en su juventud superó la tuberculosis y eso le animó a dar forma al templo por el que ahora se le conoce en todo el mundo.
«Piedra a piedra fue construyendo su sueño, esta catedral que ha logrado atraer a visitantes y medios de comunicación de todos los rincones del mundo, incluyendo una exposición en el MOMA de Nueva York dedicada a su obra». El Ayuntamiento de Mejorada del Campo nombró a Justo, hijo predilecto el pasado abril y tras su muerte ha decretado tres días de luto oficial.
La catedral se levanta en un terreno de labranza propiedad de la familia de Justo. Ocupa una superficie de 4.740 m2 y mide 35 metros de altura. Cuenta con todos los elementos de una catedral clásica: cripta, claustro, escalinata, arcadas, pórticos…
Justo no ha podido ver la obra a la que ha dedicado prácticamente toda su vida. Antes de morir, donó el edificio a Mensajeros de la Paz, que dirige el padre Ángel. Esta organización sin ánimo de lucro se ha comprometido a acabar ‘La catedral de Justo’ en un plazo de dos años. Según publicó Telemadrid hace unas semanas, la ONG ya tiene los permisos municipales para acabar el templo y ha encargado a un estudio de arquitectura el desarrollo del proyecto y un plan de viabilidad para terminarlo.
Justo tenía el deseo de ser enterrado en su catedral y para ello, excavó su propia tumba en los sótanos del templo.