Complicada tarde para el equipo en el día de ayer, en la que se encontró un resultado que no reflejó lo visto en el terreno de juego.
Salió el equipo con la intención de dominar desde el minuto 1 y lo consiguió, ya que hasta el minuto 27 los torrejoneros fueron incapaces de salir de su campo. El Alcalá combinaba con criterio, siendo muy superior en el juego y fruto de ello llegaron ocasiones para De Pedro, David, muy activo como ante el Complutense, y Luis Enrique, que rozaron el gol.
La mejor ocasión rojilla llegó en el 33, cuando Malote botó un córner con mucha potencia y el portero local despejó con una buena estirada un balón, que ya se cantaba como gol en la grada alcalaína, que finalmente pudo asistir en buen número y animó al conjunto con determinación durante los 90 minutos.
A partir de ese momento el Torrejón empezó a sacudirse el dominio y adelantó sus líneas, pero sin crear ocasiones reseñables, llegando así al descanso.
La segunda parte comenzó con jarro de agua fría. Nada más comenzar Domenech vio ligeramente adelantado a Degre, y desde la medular soltó un zapatazo imposible de alcanzar, haciendo el primero.
Los hombres de Jorge Martín de San Pablo acusaron el golpe de tan inesperado resultado y tardaron en reaccionar, pero lo hicieron. En el 57 y en el 59 Ponce y De Pedro tuvieron el empate, pero sus remates se perdieron por centímetros.
El Torrejón había convertido el encuentro en una partida de ajedrez y el Alcalá hizo uso de sus piezas. En una brillante jugada, Ponce, que fue un constante problema para la defensa local, robó el balón en la presión a Benítez, del que se fue con un caño, sirviendo a Garci en boca de gol, pero su remate en semifallo no alcanzó su objetivo. Poco después se reclamó un penalty por agarrón a Izan que el colegiado no determinó que fuera merecedor de pena máxima.
En este punto el Alcalá hizo un triple cambio que ponía toda la carne en el asador, como no podía ser de otra manera, y el equipo se volcó en busca del empate. El conjunto local aprovechó este movimiento y en una rápida transición hizo el segundo. El partido se ponía cuesta arriba.
Apenas quedaba tiempo y el equipo no veía la manera de superar la defensa local. Para colmo de males, en otro rápido movimiento, llegaba el tercer gol. Demasiado castigo para los merecimientos de unos y otros.
El próximo domingo a las 18:00 el equipo recibirá al Pozuelo, con toda la determinación de retomar la senda positiva y premiar el esfuerzo de la afición con una nueva victoria.