“La mayor parte del acuerdo está ya acordado, aunque nada está acordado hasta que todo está acordado”.
Pues no, esto no lo dijo Groucho Marx. Esta fue la declaración que hizo ayer un tipo llamado Albares. Albares, por si ustedes nunca han oído hablar de él, es su ministro de asuntos exteriores. Y esta frase digna del mejor Raymond Devos se refiere al estado de las negociaciones entre España y el Reino Unido sobre Gibraltar. Parece que en el Peñón no comparten ese sibilino optimismo ya que tildan las palabras de nuestro pequeño ministro de “ciencia ficción” y dicen que “nadie ha visto ningún acuerdo”.
Este intercambio que parece sacado de Sopa de Ganso ha tenido lugar en vísperas del encuentro entre Albares y otro gran hombre, David Cameron. Quizás nuestro ministrito pueda aprovechar la ocasión para pedirle al inglés algún consejo sobre referendos, que de eso sabe mucho.
Aunque para sacar a España de la UE a lo mejor no nos hace falta ni referendo. Por lo pronto el martes que viene tiene lugar en París una cumbre para definir la agenda estratégica de la Unión, a la que no ha sido invitado nuestro Gran Dictador, presidente de turno de la UE, por cierto. Según Moncloa, Sánchez ha declinado la invitación porque tiene fisio. Lo dicho, este gran hombre de estado a lo mejor nos ahorra un referendo cameroniano. Me refiero a un referendo para quedarnos en la UE, porque el referendo para que se vaya Cataluña de España, ese no nos lo quita nadie.
Que lástima que Albares no haya estado en Jerusalén la semana pasada, porque seguro que nos habría ahorrado un bochorno con Israel y el resto de Occidente. Acuñando una de sus frases le habría dejado a Netanhayu pensativo y a Hamas tan dubitativo que no se habría atrevido a agradecernos por nuestro apoyo. A lo mejor habría dejado a todos tan confundidos que habría logrado sin querer la paz en Oriente Medio. “Escucha, Bibi”, le habría dicho el jefe de Hamas al premier israelí, “vamos a ponernos de acuerdo, que este tipo es capaz de volver por aquí”. “Sí, tío”, le contestaría Bibi, “que cómo vuelva es capaz de montarme un referendo en Galilea”. Y así, cómo el que no quiere, Albares premio Nobel de la Paz. Y a Sánchez no le invitan a la ceremonia de Oslo. ¿Se imaginan?
Pero donde sin duda va a brillar nuestra política internacional será el sábado que viene en Ginebra en la primera cumbre entre España y Cataluña. Aunque no se hagan ustedes ilusiones, es probable que los representantes plenipotenciarios de ambas potencias (sic) dediquen este primer encuentro a decidir si la mesa de negociaciones debe ser cuadrada o redonda. Lo que sí que sabremos es quien será el mediador neutral. Cómo debe ser de un país tercero yo apuesto por Mertxe Aizpurua.
Y mientras nuestro Gran Dictador define el papel de España dentro del concierto de las naciones, unos pringados se reúnen en París el martes para decidir del futuro de la Unión Europea. Pero Sánchez tiene fisio. No pasa nada, ya le mandarán un fax para contarle lo que han decidido. Sin él. O sea, sin nosotros. Pero no dejen que todo esto les quite el sueño, que tenemos a Hamas de nuestro lado.
Esto no se le habría ocurrido ni a Groucho.
El Circo Continúa…
José Luis Vilallonga
@JoseVilallonga