LAZIO 1 – 1 ATLÉTICO DE MADRID
Un cabezazo del portero de la Lazio en el último minuto evitó la victoria del equipo rojiblanco en el Estadio Olímpico, a pesar de un gol de Barrios desde lejos y una destacada segunda mitad.
Siempre es importante mantener la fe, pero la historia reciente del Atlético en la Champions no inspira mucha confianza. Si en la última edición se despidieron fallando un penalti en el último minuto (el partido ya había terminado), esta vez comenzaron la nueva temporada con un gol en contra en la última jugada, anotado por el portero rival. Provedel se unió al ataque en el último córner, aunque su concesión parecía un tanto absurda (se había cometido una falta clara sobre Correa antes). Mientras sus compañeros y los rivales esperaban la decisión del árbitro, Luis Alberto aprovechó la oportunidad para marcar con un cabezazo, silenciando al Estadio Olímpico.
Antes de su última visita a la Lazio, el Atlético fue recibido en audiencia por el Papa Benedicto XVI, lo que resultó ser un buen augurio. En esa ocasión, ganaron en Roma, y esa victoria marcó el comienzo de una serie de éxitos continentales bajo el mando de Diego Simeone. A más de una década de ese evento, podría haber sido apropiado repetir la liturgia con el Papa Francisco, compatriota de Simeone.
El Atlético llegó al partido contra la Lazio con bajas importantes, incluyendo a Koke, De Paul y Lemar. A lo largo del partido, también perdieron a Barrios y Witsel, lo que los dejó sin mediocampo. Saúl tuvo que asumir el rol de pivote, mientras que Llorente intentaba ayudar en el centro del campo, y Griezmann y Correa se movían por las bandas. En los últimos minutos, el equipo se replegó aún más, lo que resultó en el gol encajado.
El gol de Barrios llegó de un disparo desde fuera del área después de un pase largo de Savic. Aunque el tiro fue desviado por Kamada antes de entrar, fue suficiente para poner al Atlético en ventaja en el Estadio Olímpico.
A pesar de un comienzo prometedor por parte del Atlético, la Lazio tomó el control del balón y comenzó a jugar con paciencia. El Atlético se defendió, y aunque las ocasiones de gol no fueron frecuentes, algunos tiros desde fuera del área y los saques de esquina mantuvieron la presión sobre ellos. La actuación de Llorente en esa línea no estuvo a la altura de lo esperado.
El árbitro también llamó la atención con sus decisiones, amonestando a Simeone antes del gol y a Sarri después de él. La Lazio sintió el impacto del gol y no pudo acercarse al área rival durante el resto de la primera mitad. Además, Pellegrini sufrió una lesión, lo que empeoró la situación de la Lazio.
En el segundo tiempo, Barrios también tuvo que abandonar el campo debido a una lesión, y Simeone tuvo que hacer cambios tácticos, adelantando a Giménez y colocando a Witsel en el centro del campo.
De repente, el Atlético comenzó a controlar el balón con facilidad, con Griezmann liderando las jugadas de combinación. La Lazio parecía confundida y no sabía cómo responder. La mejor oportunidad de la Lazio provino de un error de Oblak, quien se redimió al evitar un gol de Immobile. Morata y Llorente tuvieron oportunidades para marcar el segundo gol, pero se encontraron con el palo y el portero Provedel, respectivamente.
Al final, el Atlético pagó caro sus errores y la falta de eficacia. Cuando perdonas, corres el riesgo de que te castiguen, incluso con un gol del portero rival. Fue una noche frustrante para el Atlético en el Estadio Olímpico.