Asistimos atónitos a un escenario impensable, el Gobierno en funciones está pendiente de otras cuestiones, de unas negociaciones o de unos acuerdos que buscan una investidura. Mientras tanto, la situación de los sectores productores de la materia prima alimentaria se desangran, no pueden con la fuerte subida de sus gastos, de sus materiales, de sus combustibles, de su mano de obra, etc.
España siempre ha sido un país productor y exportador en todos estos sectores, el mejor de Europa. Nuestra Agricultura es privilegiada, nuestras especiales tierras, su composición, el ph de nuestras aguas y el clima mediterráneo, unido a una tradición ancestral de nuestra sociedad y sobre todo a la magnífica predisposición de generaciones que consiguieron sacar lo mejor de la tierra y del cuidado y crianza de los animales, y transmitirlo de abuelos a padres y de padres a hijos, en estos momentos la situación es crítica.
Desde el Gobierno Central no son conscientes de estos problemas, su inoperancia y su nula capacidad de escuchar a los ganaderos y sus problemas, a su sufrimiento por la protección excesiva del lobo, que ha originado un aumento de población de estos depredadores, y por supuesto un riesgo creciente de animales atacados, estresados y muertos en mayor número.
Los ganaderos de leche no ven precios acorde a su esfuerzo y sacrificio, 365 días al año, para no cubrir gastos al menos. Siempre recordamos la frase: “Si el campo no produce, la Ciudad no come”
Y estamos llegando a ese límite. Cierran cientos de explotaciones ganaderas y cuando seamos deficitarios de leche, probablemente tengamos que importarla de Alemania, Polonia, a precios más altos y seguro que de calidad inferior.
Es un auténtico bochorno comprobar que se sigua una Agenda 2030 que es un arma demoledora de nuestras explotaciones agrícolas, ganaderas y también muy lesiva para las cofradías de pescadores.
Se ha elegido un camino ficticiamente disfrazado de “verde¨ pero que, muy al contrario, es mucho menos sostenible y menos protector del medio rural, que las prácticas ancestrales que ganaderos y agricultores han llevado a efecto en zonas rurales, en montes, en campos y en bosques.
Las soluciones a los problemas de estos sectores primarios, necesitan indefectiblemente de la voz de los autónomos que regentan algunos de estos invernaderos o campos o explotaciones, y que comprueban, mes a mes, como no les llega para mantener estos proyectos y dar de comer s sus familias y pagar a sus empleados.
Las decisiones las toman personas en despachos con moqueta y sin escrúpulos, desconociendo en realidad las normas que solucionen este calvario.
Si no se corrige el camino, si no se escucha a esos ganaderos y agricultores lo pagaremos muy, muy caro. Si estos emprendedores, que sufren, madrugan y pagan sus impuestos sin rechistar se cansan y arrojan la toalla, el colapso en nuestra sociedad puede ser apocalíptico. La forma de evitarlo es legislar ayudándoles y protegiendo sus intereses.
No es alarmar, es la realidad y el aviso queda dado…
Luis Pacheco Torres
@lpachecotorres6