Tot el camp es un clam…
Al igual que el Camp Nou, ayer las calles de Barcelona fueron un clam. Un clam contra el fascismo español y por la libertad del pueblo catalán. Un clam ensordecedor gritado al unísono por… Treinta mil gargantas. Treinta mil según los organizadores, o sea que quítenle ustedes unos cuantos miles de gargantas. Es decir, un clam que no llega al cuarto de aforo del Camp Nou. ¡Vaya mierda de partido! El Barça convoca cinco veces más gargantas en un domingo cualquiera que el irresistible anhelo de independencia de tot el poble catalá en un día tan especial como ayer, en el que se daba la oportunidad de hacerse oír en directo por Macron y Sánchez.
Y lo del unísono vamos a dejarlo, porque parte de ese clam lo dirigían unos indepes contra otros indepes. Y si no, que se lo digan al pobre Junqueras, que tuvo que salir escopetado, escoltado, despeinado y con el ojo bueno pá Cuenca. Los oídos todavía le deben de estar pitando con todos los Botiflers que le cayeron. Algunos incluso le gritaron que volviera a la cárcel. ¡Anda que si ahora Sánchez le tiene que volver a encerrar para contentar a sus socios indepes! Es que aquí no se aclara nadie.
Pero no pasa nada porque allí estaba el President para poner un poco de cordura en todo este caos. Allí estaba el pequeño Aragonés (mala leche de apellido para un líder indepe, oye) para explicar a Macron que él era el President de una republica soberana, como lo demostraba el clam de diez un puñado de voces que se insultaban entre ellas, allí fuera. Macron debía preguntarse de qué coño le hablaba aquel enano, mientras miraba el reloj, impaciente por volver a su París, que allí sí que tiene un clam de verdad montado.
La verdad es que el Presidentet tenía un papel difícil de interpretar. Por un lado no quería perderse la oportunidad de sacarse la foto como si fuera un jefe de estado más. Por otra parte, su presencia en calidad de President de la Generalidad, implicaba su aceptación de una institución constitucional española que no reconoce. ¿Qué hacer entonces? Ir y no ir. Estar y no estar. Estar un ratito y largarse antes de los himnos nacionales. Ser socio de Sánchez y al mismo tiempo ser líder del Clam anti español. Si el independentismo tuviera padre y madre, sería un claro caso de estudio para el profesor Freud.
El único que sacó algo en claro de toda esa farsa fue el trilero de la Moncloa, que comparó el clam indepe a la manifestación contra él de mañana en Cibeles. Pero incluso él, siempre tan dueño de la situación, se dejó ganar por el sinsentido general de la jornada. Declaró que los que defienden ideas anticonstitucionalistas, como los del Clam, tienen tanto derecho a expresarse como los manifestantes de Cibeles que defienden “todo lo contrario”. Es decir que Antonio ayer reconoció que la manifestación de Cibeles de mañana defiende la Constitución. ¡Sánchez nos dijo ayer que sus socios eran inconstitucionales y que sus enemigos eran constitucionales! Es que los indepes le sacan de quicio a cualquiera.
En fin, después de ese clam indepe ma non troppo de ayer, esperemos que nuestra manifestación de mañana sea un clamor de verdad y molto allegro.
Todos a Cibeles.
El Circo Continúa…
José Luis Vilallonga
@JoseVilallonga