No sé si son ustedes “aficionades” a las aventuras de Asterix. Hay una maravillosa escena en “La Zizania” en que todas las mujeres del pueblo acaban en una batalla campal, a merluzazos en la cola de la pescadería. El pobre pescadero, Ordralfabetix, se encuentra en medio de esa turba intentando calmar la masa de locas furiosas: “señoras, señoras, un poco de decoro por favor”. Hasta que se lleva un merluzazo en toda la cara.
De la misma manera, nuestro Ordralfabetix de la Moncloa ya no sabe que hacer para calmar a las mujeres que le rodean, porque ve que llega el mes de mayo y que por allí le van a atizar un merluzazo en toda su cara de cartón.
Ayer, el pescadero que ocupa la Moncloa anunció en un mitin una nueva ley de cuotas de mujeres que impondrá la paridad en consejos de grandes empresas y en gobiernos. Es decir que anuncia una directiva europea promovida por el PP europeo que entrará en vigor dentro de unos meses, como si fuera iniciativa propia. En fin, el que nace trilero…
Es que Sánchez se desangra por la igualdad, se rompe por el género, se desmorona por el feminismo, y da palos de ciego para evitar el pescado que se dirige a la velocidad del sonido hacia su falsa sonrisa.
Sánchez construyó su carrera con el no es no y la está enterrando con el sí es sí. Sánchez llegó al Olimpo enarbolando la bandera de la decencia y llegan el Tito Berni y sus sobrinos que se van de putas a celebrar que acaban de ilegalizar la prostitución. Sánchez alardeaba de feminista y ha creado un cisma en el feminismo de dimensiones vaticanas. Sánchez pobló su gobierno de mujeres y su harén feminista se ha convertido en una vergonzosa pelea de gatas.
¿O es qué Sánchez tiene tan mala opinión de las mujeres españolas como para pensar que se sienten representadas, defendidas, incluso queridas por ese atajo de tías que forma su gobierno? Un atajo de ineptas e ignorantes en el mejor de los casos, de hipócritas y advenedizas en su mayor parte, que tiene la arrogancia de querer guiar, liberar, emancipar a las mujeres españolas como si fueran niñas pequeñas. Como si las españolas hubieran esperado a estas chupópteras para estudiar, trabajar, ganarse la vida, planificar sus familias, pelear a diario por sus derechos y también disfrutar a diario de los mismos.
¿Qué se imaginará la pandi de O Sea Tía que piensan de ella y de sus leyes todas las abogadas, juezas y juristas de nuestro país? ¿Qué creerá Yoli que piensan de ella todas las contables, directoras de RRHH, ejecutivas y empresarias de este país, cuando no sabe explicar lo que es un ERTE? ¿Qué se cree Marisú que piensan de su lenguaje tan enrevesado como sus pelos todas las economistas españolas? ¿Qué se imaginará Calviño que piensan de ella todas las altas ejecutivas de España cuando arremete contra Ferrovial? ¿Qué pensarán todas las españolas que trabajan ocho horas al día y sacan adelante sus familias, cuando ven a Irene Montero soltar violadores y anular la condición misma de mujer, gracias al poder que se le ha otorgado exclusivamente por ser Señora De? ¿Qué pensarán todas las mujeres cuando ven a estas feministas de boquilla defender al marido violador de Mónica Oltra, cuando escuchan su silencio ante los crímenes contra las mujeres en Irán, cuando callan ante los puteríos de sus compañeros de partido y de gobierno?
¿Qué pesaran nuestras compatriotas cuando vean a estas tías desfilar hoy en las calles de nuestro país en su nombre?
Ante desfachatez y tanto desprecio, queridas lectoras, no me cabe la menor duda de que sois vosotras, igual que las mujeres galas de Asterix, las que vais a correr a Ordralfanerix fuera de la Moncloa a merluzazos. Eso sí que va a ser empoderamiento. Y cómo lo vamos a disfrutar los hombres.
El Circo Continúa…
José Luis Vilallonga
@JoseVilallonga