La familia Dall’Agnese llegó a España hace 41 años y abrió su primer negocio en la avenida de Oporto, en Madrid. Un año más tarde, el 26 de mayo de 1981, abrieron la heladería en el número 30 de la Plaza Cervantes que, hoy, 40 años después, sigue ofreciendo los mejores helados artesanales de la ciudad.
La familia Dall’Agnese viene de una larga tradición heladera en Argentina. «Nací en una heladería. Nací, realmente, a 100 metros de la heladería de mi padre –tanto mi hermano Marcelo, como yo–, y siempre, desde muy chiquito, muy muy chiquito, me vinculé a la heladería porque es lo que veía hacer a mi padre», afirma Maurizio Dall’Agnese.
Para Maurizio, el proceso de elaboración de helado ha mejorado muchísimo, y no es una cuestión de profesionalidad, sino una cuestión de carencias. «Cuando llegamos a España, trabajábamos con productos nacionales porque no había importación de Europa y, hoy no tienes ningún tipo de problema, ya que podemos elaborar helado con pistacho de Sicilia, cobertura de Bélgica o chocolate blanco de Francia. Todo ello, lógicamente, mejora el producto».
Maurizio se considera un fanático del chocolate y nos recuerda que su helado preferido es la receta de su padre: «Es un chocolate de Venecia, un chocolate semi-amargo. La receta la diseñó toda él. Es un chocolate con huevo, ron, cobertura, cacao… es de los mejores chocolates que he probado en mi vida, no porque la haya hecho mi padre, porque yo tengo chocolate que he diseñado yo, y que, según él, es mejor que el suyo». Quizás, este sea el motivo por el cual, la Heladería Dall’Agnese cuenta con siete tipos de chocolates diferentes en su carta.