Me temo que esto que voy a decir me va a quemar con algunas lectoras. Incluso puede que con algún lector también. ¿Será el fin del Circo? ¿Seré cancelado? El porvenir lo dirá.
Solo hay una cosa que me interese menos que el futbol femenino. Es el rugby femenino. Podría decir que es el baloncesto femenino pero el baloncesto masculino tampoco me interesa.
Pero sospecho que hay personas a quién el futbol femenino les interesa aún menos que a mí. Esas personas son las mujeres. No tengo los datos pero apostaría que las cifras de audiencia de los partidos de futbol femenino son liliputienses. Apostaría también que acuden menos espectadores a ver un partido de fútbol femenino de primera división que los que van a presenciar un, digamos, Arandina Mirandés, con todo el respecto hacia estos dos clubes históricos. Si alguno de ustedes me puede contradecir con datos, aceptaré la corrección con gran deportividad, como no puede ser de otra manera por parte de un aficionado al deporte.
Reto a cualquier lectora, o a cualquier hija, hermana, prima, cuñada o amiga de lectora que me diga a qué selecciones se enfrentó la selección femenina de fútbol en la fase de grupos del Mundial que acaba de ganar brillantemente, y cuales fueron los resultados de cada partido. Tengo curiosidad por que una señora me diga a quién venció España en cuartos y en semis. Me encantaría que una amiga me dijera la alineación de nuestra Selección, en particular que jugadora ocupó la posición de media punta, y quienes fueron las goleadoras. Me apasionaría que una de esas forofas me contara algún detalle, alguna jugada, alguna polémica arbitral o algún momento en el que la selección lo haya pasado mal durante este Mundial. En fin, todos esos detalles que cualquiera de los millones de aficionados al fútbol masculino se sabe de memoria porque los comenta a diario, después de una detallada lectura del Marca.
Esta noche juega el Atleti en el campo del Rayo, un buen partido pero que no deja de ser un partido más de la Liga. Pues aún sin ser un partido crucial, sé de unos cuantos que se quedarán en casa para verlo. Incluso sé de algunas que no se lo perderán. Les apuesto a que en el campo del Rayo está vendida hasta la última localidad.
¿Cuántas amigas, familiares o conocidas suyas han dejado de ir a la playa, de ir a visitar una brocante o han cancelado una reunión social este verano para ver un partido der la selección femenina? Yo no sé de ninguna.
¿Este artículo hace de mí un asqueroso machista representante del heteropatriarcado? Pues no. De la misma manera que mi falta de interés por el baloncesto no significa que tenga algo en contra de los tíos demasiado altos, ni que mi desinterés por las carreras de motos haga de mi un enemigo de los tíos bajitos. Solo significa que el fútbol femenino no me interesa. De la misma manera que no le interesa a la gran mayoría de las mujeres. Es más, hasta ahora, la mayoría de las mujeres siempre han pensado que los hombres que cancelan una cena por no perderse un partido del Madrid son unos pelmazos y que una conversación de fútbol en una cena es insufrible. Con razón.
La falta de afición por el fútbol femenino no se debe a ninguna conspiración machista. Se debe a que no interesa. Querer promocionar el fútbol femenino con fórceps es, en el mejor de los casos, una estrategia comercial destinada a vendernos un contenido adicional televisivo de manera artificial. Responde, sin la menor duda, a una voluntad política para imponernos una ideología absurda. Y si no, que me diga Pam cual es la diferencia entre un fuera de juego y un fuera de banda. O Sea tía, sabes, es que el fútbol es super progre ¿sabes? Tía, sabes, a Pablo le mola mazo, tía. En el instituto Pablo era super bueno en fútbol, ¿sabes? Jugaba de… de… bueno de eso. Lo que pasa es que los machistas no le dejaban porque llevaba coleta, tía. Era super fuerte ¿sabes?
Flaco favor les hacen a las jugadoras estas petardas, queriendo imponerlas a un público desinteresado. Flaco favor les hacen estas petardas cuando eclipsan el fantástico éxito de la selección de fútbol femenina montando un escándalo con el asunto del pico de Rubiales.
Rubiales es un patán, un ordinario y posiblemente un corrupto, pero su pico a la jugadora de la selección no es peor que el morreo que le dio el Cheposo a Doménech en el Congreso o que la mano de la barbi comunista en el muslo de garamendi. Desde luego no es para montar la escandalera que han montado las feministas podemitas en su último intento para justificar su existencia, antes de pasar al olvido. Y desde luego es una gran injusticia a las grandes futbolistas de la Selección que han visto cómo una polémica absurda promovida por las feministas ha relegado su gesta deportiva a un segundo plano.
Y yo me voy a conectar con el Carrusel Deportivo para escuchar la previa del Rayo Atleti. Es mucho más interesante que este carrusel no deportivo en el que gritan y gesticulan Pam y sus secuaces.
El Circo Continúa…
José Luis Vilallonga
@JoseVilallonga