Aprovechando la celebración del día de la animación en la Comunidad de Madrid durante los días 20, 21 y 27 de octubre en diferentes espacios culturales de Madrid, hemos querido charlar con el director Diego Porral, una de las figuras más prometedoras del pujante sector de la animación en nuestro país.
¿Cómo se inicia en el mundo de la animación y qué es lo que le atrajo de este mundo?
Pues yo siempre he dibujado y cuando era pequeño siempre me quería dedicar a algo que tuviese que ver con el dibujo. Entonces, como tampoco en esa época conocía muchas salidas, estudié arquitectura pensando que yo podría dibujar un poco, pero a su vez también tener un poco de seguridad y engañar a todos, a mí y a mi seguridad, porque no había trabajo cuando acabé la carrera. Pensaba que como arquitecto podría dibujar, pero estaba equivocado… Pero mientras estaba haciendo la carrera, hacía cursos de 3D y cosas así que se usan en arquitectura para edificios. Poco a poco empecé a probar programas de animación y cosas similares, y me interesó mucho.
Así que busqué un curso especializado en animación y fue como una revelación, descubrí que existían trabajos en los que se dibuja y que hay oportunidades, así que dejé la arquitectura, y me fui al mundo de la animación.

Su cortometraje «Back» y «Un día en el parque» obtuvieron varias selecciones para algunos premios en festivales. ¿Cuál considera que fue la clave del éxito de estos dos cortometrajes?
Yo creo que estos cortometrajes tienen una idea muy sencilla y fácil de entender, más que otros que he hecho, que son un poco más complejos. A pesar de ser cortometrajes de estudiante que hice para aprender, creo que se pueden entender por un público en general, no necesariamente para todo el mundo, porque las ideas son simples y se transmiten de manera clara. Creo que esta claridad es la razón por la que se han entendido y apreciado.
¿Cómo fue la experiencia de ser nominado a los Premios Goya en 2018?
Pues, la verdad es que fue una experiencia increíble. El cortometraje «Un día en el parque» también era un trabajo de estudiante, por lo que no esperaba que mi carrera despegara tan rápido. Fue un poco como un sueño, no en el sentido de que fuera mi objetivo, sino en el sentido de que parecía surreal, como si en cualquier momento alguien fuera a despertarme. Tenía que ir a clase después de la gala, así que fue un momento bastante surrealista, pero me sentí muy afortunado.

Se ha formado en París. ¿Cómo le ha influenciado esta etapa? ¿Ha cambiado su enfoque en la animación a raíz de esta formación?
Sí, la Universidad de París es considerada una de las mejores del mundo, y realmente marcó un antes y un después en mi vida. Asistir a esta universidad me abrió muchas puertas en el mercado laboral. Creo que la mayoría de los estudiantes que salen de allí consiguen el trabajo que desean. Además, aprendí muchísimo de los profesores y mis compañeros de clase. Tenía compañeros que habían trabajado en Pixar y habían sido nominados a premios importantes, eran realmente talentosos. Simplemente con mirar a mi izquierda o derecha, podía aprender de ellos. Los profesores también eran increíbles, con una amplia experiencia en la industria. Fueron dos años muy intensos de trabajo, pero definitivamente cambiaron mi enfoque en mi carrera profesional.
¿Qué le motiva a seguir creando y participando en estos eventos?
Los festivales de animación son lugares donde se reúne la comunidad de la industria, que a menudo está dispersa por España e incluso en otros lugares. Es una oportunidad para ver a personas que antes admiraba y ahora tengo la fortuna de considerar amigos. Es como una reunión de amigos que comparten la misma pasión por el cine que yo. Pasar un fin de semana rodeado de personas a las que admiras, disfrutando de cortometrajes, discutiendo proyectos y asistiendo a charlas; todo esto es lo que me gusta, y es como si mi pasión se condensa en un solo fin de semana. Esa es mi mayor motivación, es el plan ideal para mí.
Hablando de eventos quiero resaltar la magnífica organización de las jornadas del día de la animación qiue se organiza con el apoyo de la Comunidad de Madrid, y que sirve como punto de encuentro del sector. La verdad es que la Consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid siempre ha apoyado de una manera firme a nuestro sector.
Hablemos de los largometrajes… ¿Cómo ha sido el proceso de trabajar en algo más extenso en comparación con los cortometrajes que suele hacer?
Sí, es definitivamente diferente. En los cortometrajes, generalmente tienes que lidiar con casi todas las partes del proceso, aunque en una escala más pequeña, pero aprendes de todo un poco y no puedes detenerte en cada departamento durante mucho tiempo debido a las limitaciones de recursos. En un largometraje, a menudo te contratan para un papel específico, como animador o diseñador, por lo que te concentras en una sola área. En ese sentido, es gratificante porque te permite explorar hasta dónde puedes llegar en tu especialización. Por otro lado, en mi último corto, quizás no tuve tiempo para alcanzar el nivel de animación que deseaba debido a las múltiples tareas que debía abordar. Cada tipo de proyecto tiene sus ventajas y desafíos, y me gusta alternar entre proyectos personales más pequeños y colaboraciones en proyectos más grandes.

“Leopoldo, el del bar”, es su quinto cortometraje. ¿Qué hay detrás de esta obra y cuál es su mensaje?
Lo concebimos junto a mi compañero Joaquín Garralda. Después de graduarme en París, sentí la necesidad de aplicar todas las herramientas que había aprendido y trabajar en colaboración con mis compañeros. Esta película surgió como una especie de carta de amor a Madrid, y en cuanto al mensaje, nos gusta que la gente lo interprete a su manera. La película tiene un final un poco ambiguo, y nos gusta escuchar las opiniones de la gente y cómo interpretan la historia. Generalmente no revelamos lo que hay detrás del corto porque nos interesa conocer las interpretaciones y puntos de vista de los demás.
¿Cómo gestiona el equilibrio entre la creatividad, lo que tienes en mente, y las limitaciones presupuestarias?
Sí, la verdad es que esto es algo que aprendí, en parte, de mi experiencia en arquitectura. Estudiar arquitectura y animación al mismo tiempo me enseñó a organizarme de manera efectiva y priorizar tareas. En arquitectura, teníamos asignaturas en las que debíamos diseñar edificios con muchas limitaciones, mientras que en otras estábamos libres de restricciones. Lo mismo se aplica a la creación de un cortometraje. Creo que muchas personas podrían hacer un corto si pensaran que tienen un presupuesto ilimitado y posibilidades infinitas. Sin embargo, eso no funcionaría para mí, porque no sabría por dónde empezar. Cuando tienes un plazo y recursos limitados, es cuando realmente comienzas a ser creativo. Aprendes a trabajar dentro de esas limitaciones, como reducir el número de personajes o ubicaciones, y es en ese proceso de encontrar soluciones a los problemas, ya sea la falta de dinero o de tiempo, donde encuentro la diversión y la satisfacción en mi trabajo.
¿Le suele inspirar más explorar historias personales tuyas o te atrae más explorar las historias de los demás?
No lo sé. En realidad, la elección de las historias que contamos no siempre depende de mí. Es una combinación de cosas personales y las experiencias de los demás. No hacemos un esfuerzo consciente por decir «esto me pasó a mí» o «esto le sucedió a otra persona», sino que se basa en nuestro contexto y las influencias que recibimos. Algunas historias pueden acercarse más a lo personal en ciertos momentos, y en otros casos no está claro si son más personales o no.
Si tuviera que hacer un nuevo proyecto con alguien, ya sea de España o internacional, ¿a quién elegirías?
En cuanto a colaboradores, estamos trabajando actualmente en un proyecto con Joaquín, y también estamos colaborando con varios profesionales de España, aunque no puedo mencionar nombres debido a cuestiones de confidencialidad. Sería necesario hablarlo con ellos antes de dar nombres. Afortunadamente, hemos tenido la suerte de conocer a muchos profesionales españoles a través de festivales, y ahora que estamos involucrados en un proyecto más ambicioso, estamos contactando con personas que admiramos. Estamos viendo un crecimiento significativo en nuestro proyecto.

¿Tiene algún consejo para aspirantes a animadores que buscan desarrollar una carrera en este campo?
Bueno, les diría que trabajen duro, que en la animación no hay atajos, y que la única forma de avanzar es aprendiendo a través de la práctica constante. También les recomendaría asistir a festivales y conocer a otras personas de la industria. Aunque al principio puede ser un poco abrumador, es una gran manera de hacer contactos que pueden llevar a oportunidades de trabajo o colaboraciones. Trabajar y disfrutar del proceso es fundamental, ya que la animación es una industria hermosa pero que requiere tiempo y dedicación. Además, es importante no compararse demasiado con los demás, ya que cada persona tiene su propio camino y ritmo. La perseverancia es clave, así que les animaría a trabajar duro y no desanimarse.
¿Puede adelantar algunos detalles sobre tu proyecto futuro?
Claro, la serie que estoy desarrollando junto a Joaquín se llama «Good». Antes tenía el nombre «Manuelita», pero lo hemos cambiado. La serie trata sobre un trabajador que tiene un Renault, un trabajo, y no mucho más. Es un personaje con los pies en la tierra que se encuentra rodeado de compañeros de trabajo excéntricos que poco a poco pondrán a prueba su paciencia. El proyecto está avanzando bien, y actualmente estamos trabajando en un tráiler para promocionarlo. Planeamos presentarlo el 25 de octubre en un evento y a partir de ahí, veremos cuáles serán los siguientes pasos.