James Castillo estuvo en España presentando su película de animación “Madrid Noir”. Rodada en Realidad Virtual, “Madrid Noir” fue presentada oficialmente en el prestigioso festival de Tribec en New York, para luego viajar a la muestra de Annecy, Cannes, etc.
James Castillo, que desarrolla su carrera profesional en Londres, pasa por ser uno de los directores de animación más prometedores de todo el panorama europeo.
James, ¿has tenido claro desde siempre que querías dedicarte a la ilustración?
Sí, desde crío siempre me quise dedicar a las artes plásticas, ya tenía interés por todo lo que fuera pictórico, artes gráficas, diseño… Mi madre pintaba óleos como hobbie y lo vivíamos en casa con mucha libertad y aprendí mucho. Cuando llegó el momento de elegir una carrera profesional la animación, a diferencia de la ilustración o del cómic, es una industria bastante bien asentada entonces sentía que lo que a mí me gustaba que era ilustrar estaba más protegido en la industria de la animación y podría ser una carrera que se desarrollara con un poco más de proyección.
¿Dirías que, cuando dibujas, te transportas a alguna especie de realidad virtual?
(Ríe) Bueno, el dibujo requiere una concentración y es inevitable que todos los que dibujamos acabamos como construyendo una relación con ese momento en el cual es el momento en el que estás como en comunión contigo mismo y lo que tienes delante es lo único que importa. Es un ejercicio de meditación y sí, hay un símil, desde luego.
Tu nuevo proyecto, Madrid Noir, es una película de animación en Realidad Virtual. ¿Por qué te decantaste por ese formato cuando te planteaste el proyecto?
Porque hay algo que ofrece la realidad virtual que es la percepción de inmersión y es algo que no te da el cine ni el teatro. Yo venía de haber estado trabajando ya en realidad virtual y, hace unos años, cuando había gente ya experimentando en contar historias en realidad virtual, la gente intentaba buscar paralelismos con el cine y buscaban herramientas del mundo del cine. En cine tú tienes un control en todo momento de lo que el espectador ve. En la realidad virtual, como tecnología, de una manera innata te impide controlar lo que la gente puede ver en el momento porque es 360, es profundidad y entonces la gente ve lo que decide. Yo consideré cuando estábamos trabajando que probablemente el teatro fuese un medio que se traduciría mucho mejor a este formato ya que en el teatro tú estás en el mismo espacio que los actores, que el set, que las escenas… Ese fue el primer eslabón para los pilares artísticos del proyecto. Por ejemplo, en temas de iluminación, para asegurarnos de que el espectador ve lo que tiene que ver, utilizamos un foco, el spotlight. Los sets también los construimos como en el teatro, hay una escena en una habitación y luego quitas las sillas y las mesas y pones una farola y un banco y ya estás en un parque. La idea era esa, en vez de construir escenarios gigantescos que pueden sobrepasar al espectador nosotros apostábamos más por un espacio que no cambia, solo hay sets que aparecen y desaparecen para que el impacto no sea tan grande y puedas seguir la historia sin problema.
¿Qué sensaciones nuevas crees que genera la realidad virtual en el espectador?
Es algo, de alguna forma, más primitivo que el cine. Nosotros asumimos que hay muchos comportamientos que tiene la gente de manera natural, como por ejemplo: si estás con alguien en un espacio y suena el teléfono, no hace falta que te indiquemos: coge el teléfono y dáselo a la protagonista. La gente directamente ya lo hace y se lo da. Los personajes, además, te pueden mirar a los ojos. Y eso ya genera una empatía con los personajes. Una persona que está en ese espacio y te está mirando te da la sensación de que es consciente de que estás allí. Genera un link entre los dos muy potente.
Si, con el tiempo, estamos todos aprendiendo cómo utilizar la realidad virtual para contar historias mejor, eventualmente habrá más directores y guionistas que serán conscientes de cómo utilizar esas herramientas para que las historias lleguen más a más gente y sean más profundas.
¿Qué tipo de aventura va a vivir el espectador con Madrid Noir?
Estamos intentando crear un personaje que te caiga bien desde el principio. Por un lado, generamos la impresión de que estás conociendo a una persona de verdad: con capas, tridimensional, compleja y la conocemos tanto en su infancia como en su edad adulta. Por otro lado, hay toda una trama de misterio, policíaca que espero que a la gente le mantenga queriendo ver más, queriendo ver la próxima escena.
Hemos construido un formato en el que el espectador puede interactuar con muchos objetos, conectados con la trama que vas a vivir. El espectador los puede coger, abrir, inspeccionar.
“Hemos construido un formato en el que el espectador puede interactuar con muchos objetos conectados con la trama que vas a vivir”
Cómo fue el proceso de rodaje con Fernando Guillén Cuervo y Godeliv Van Den Brandt?
Fue, como director novel, tanto el dirigir a los actores de doblaje como trabajar con Carlos Rodríguez con la música fueron experiencias que no me esperaba que iban a ser tan divertidas y tan guays. Trabajar con Godeliv fue genial porque costó mucho encontrar un casting adecuado porque hacía falta alguien que pudiera trabajar tanto en inglés como en español y que tuviese una voz agradable y dulce. Al principio estaba aterrado porque durante el proceso de creación tanto Lawrence Bennett como yo grabábamos las voces para ver cómo funcionaba y, claro, no tenía nada que ver. En el momento en el que entró Godeliv ya pude disfrutar en paz.
Con Guillén Cuervo que tiene gran trayectoria en teatro, cine y televisión, vino como un niño, con muchísima ilusión de participar en el proyecto, de hacer algo en realidad virtual, que ya ves tú, es alguien que no tiene nada que demostrarle a nadie, pero vino con muchas ganas de experimentar con el proyecto y además el personaje de Manolo tiene un monólogo muy bonito y a él le gustó mucho, lo sintió muy suyo y para mí su secuencia es de mis partes favoritas. Cuando todo el equipo, que son todos británicos, escuchó por primera vez la voz de Guillén Cuervo, dijeron: “este tío es lo más, es cojonudo”.
El filme pasa por diferentes festivales: Tribeca, Annecy, Cannes… ¿cuándo podremos verlo en nuestras casas?
El 1 de julio en Oculus y estamos negociando con diferentes plataformas para que llegue a más países, se doble en otros idiomas y lo pueda disfrutar más gente.
Para terminar… ¿Cuál es tu película de animación preferida?
Pues va variando mucho, pero últimamente estoy pensando mucho en los 101 dálmatas, con una historia de lo más interesante. Me parece una película fantástica, atrevida, con un diseño súper contemporáneo.